¿Alguna vez has sentido que ya no eres parte de tu empresa?
La “Renuncia Psicológica” es un término que hasta hace algunos años empezó a llamar la atención de las empresas, pues la falta de motivación en los empleados y el aumento de rotación de personal comenzó a ser cada vez más alarmante.
Todo vínculo laboral lleva implícito un “Contrato Psicológico” entre un empleado y su empleador, que es un factor de suma importancia para la permanencia de una persona en su trabajo, es decir, si un colaborador se siente valorado, reconocido y bien remunerado de acuerdo a su rol y experiencia y su superior recibe resultados benéficos por parte de éste en sus actividades existirá concordancia entre lo que se da y se recibe de ambas partes, lo que generará que dicho Contrato se afiance, pero, de no ser así, éste se romperá.
La Renuncia Psicológica inicia cuando un empleado “se va” de la empresa mucho tiempo antes de renunciar, pues la percepción de un trato poco equitativo y la insatisfacción laboral desencadenarán una serie de reacciones y comportamientos en el empleado que entorpecerán su labor diaria. Algunas de estas manifestaciones serán muy evidentes e imposibles de no notar, tales como impuntualidad, el término anticipado de su jornada laboral, el trabajo lento, poca colaboración, distracciones subsecuentes, actividades personales en horas laborales, ausentismos injustificados, poca creatividad y aislamiento.
Lo anterior debe ser tomado muy en serio por la empresa pues la Lealtad hacía ella dejará de ser un valor para el colaborador.
La Renuncia Psicológica pasa por tres etapas:
1.- Situaciones de inequidad: El empleado sentirá que las cargas de trabajo versus los beneficios que obtienen difieren de las de otros compañeros.
2.- Sentirse el “ex” de la empresa: Por más esfuerzos que se hagan por mejorar sus condiciones de trabajo, el colaborador sentirá que ya no pertenece a ese lugar y comenzará a buscar otras alternativas laborales.
3.- Actualización: Será la toma de conciencia por parte de la empresa de que un empleado quiere irse y dependerá de cada caso el retenerlo o dejarlo ir.
Si eres EMPLEADO y comienzas a preguntarte si es tiempo de cambiar de trabajo porque ya no te sientes parte de tu empresa, estos tips pueden ayudarte a tomar una mejor decisión antes de renunciar:
1.- Alza la voz y comunica tu inconformidad.
2.- Propón soluciones de mejora si tu intención es quedarte en la empresa.
3.- Sé objetivo en tus palabras, en ocasiones tus percepciones no son las correctas.
4.- No generes conflictos, afectará tu historial laboral.
5.- Busca el mejor acuerdo con la empresa si tu decisión es irte.
Por el contrario, si tú eres la EMPRESA date a la labor de:
1.- Identificar si existe Renuncia Psicológica en tus empleados y promueve el feedback de doble vía que genere cercanía.
2.- Conoce la historia personal de tus trabajadores, no sabes si pasan por situaciones complejas que derivan en falta de estímulo laboral.
3.- Evalúa datos concretos, las percepciones suelen ser malas.
4.- Crea una cultura que involucre a tus empleados y quieran seguir perteneciendo a tu empresa.
5.- Promueve el crecimiento y remunera equitativamente. El salario emocional también es un buen aliado tuyo.
Recuerda que gran cantidad de empleados no se van de tu empresa por el trabajo en sí, sino por la mala gestión de sus superiores.
La gestión de la experiencia como servicio, es una herramienta que ayuda a las empresas a medir el sentimiento de los empleados en muchas áreas, como la incorporación, la educación, el desarrollo, la compensación y el liderazgo. Los datos pueden ayudarlos a mejorar sus esfuerzos en cada área.
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